Las experiencias virtuales y la gamificación suponen un salto de calidad, motivación e implicación para los alumnos de tus cursos online.
Porque generar dinámicas supone que los alumnos y alumnas de tu formación digital se sientan implicados con tu formación y supone un plus de calidad y reconocimiento que supone un beneficio extra a tu curso online.
De esto sabe mucho Rhodelinda Julián, con quien he tenido la oportunidad de charlar acerca de cómo este tipo de experiencias virtuales implican un mayor seguimiento y participación de los alumnos, lo que se traduce en que extraen mucho más partido, aprendizaje y, en definitiva valor de un curso online.
Experiencias virtuales en cursos online: que tu alumno se emocione
Rhodelinda, con amplia experiencia en el mundo de los medios de comunicación, la televisión en concreto, y el ámbito digital en general, te va a dar las claves de experiencias virtuales y gamificación en cursos online , como implementar este tipo de dinámicas y conseguir que tus cursos online sean un éxito.
JORDI: Hola Rhodelinda, cuéntanos, ¿por qué es necesario implementar dinámicas de experiencia virtual y gamificación en los cursos online?
RHODELINDA: Hola, un placer poder ayudar a entender este tipo de dinámicas y propuestas para la formación y los cursos online. Para empezar, debemos tratar de “enganchar”, fidelizar y obtener la máxima satisfacción de los alumnos de nuestros cursos online.
Piensa que existe una gran oferta de cursos online, por lo que debemos mantener esa atracción y la fidelidad. Ahora mismo el sector de infoproductores está viviendo un aumento, con más capacitadores vendiendo sus formaciones online, y solo sobrevivirán quienes aporten valor real de una forma diferente, única..
Esto nos sirve para destacar y diferenciarnos de otras formaciones de cursos online en nuestro nicho de mercado.
Y es, en resumen, una forma de seguir haciendo marketing una vez vendido nuestro curso online. Es una forma de que las alumnas y alumnos no solo entren en la formación, sino que también la acaben de la forma más productiva y exitosa posible.
En alguna ocasión has hablado del “sindrome del cursista” como ese mal del que deben huir los infoproductores o capacitadores que quieran tener éxito con sus formaciones…
Si. Se trata de aquellos alumnos que contratan cursos de forma habitual, muchas veces más de los que pueden cursar de forma efectiva.
La mayoría de ellos saltan de un curso a otro sin acabarlos. Y hay ocasiones, también, en qué tú sabes que puede ser tu caso de éxito, pero al perseguir ese objeto brillante, tu alumno no implementa, no experimenta la transformación que tú pretendías con él. Y es más: él tampoco consigue lo que se había propuesto contigo.
Por eso cabe hacerse ciertas preguntas como:
- ¿Sabemos cuantos alumnos acaban nuestras formaciones?
- ¿Sabemos porqué nuestros alumnos no acaban nuestras formaciones?
- ¿Sabemos cuánto impacto estamos dejando de generar por no controlar estos datos?
Lo que hace que unos alumnos consigan resultados y otros no es que realicen tu curso desde el principio hasta el fin. Si tú consigues crear una experiencia completa que les ayude a ello, subirás tu porcentaje de éxito sin ninguna duda. Solo hay que ser estratégicos para saber cómo podemos ayudarles mejor a que lo consigan.
Esto se traduce en crear una formación a medida del alumno, que sienta que el curso no es solo un curso con videos, sino una experiencia transformativa en toda regla, donde entra en juego la estrategia de experiencia virtual y la gamificación como principales ejes.
Esto se logra mediante una experiencia transformacional, en la que hay un antes y un después para el alumno.
Que se sientan valiosos, implicados y participativos. Que se sientan acompañados y lo pasen bien en las formaciones debería ser nuestra preocupación principal: en cómo entregamos la formación módulo a módulo se nos tiene que ir toda la energía de nuestro proyecto. Porque eso hará que podamos escalarlo y seguir ayudando a muchas más personas.
Yo lo comparo a engancharse a una de esas series de TV que tanto te mantienen pegados capitulo a capitulo…
Experiencias virtuales en cursos online: como una serie de TV
¿Algunas pautas para conseguir generar esa atracción y motivación a nuestro curso online?
Creo que hay un punto clave que es usar un buen hilo narrativo . Que el curso sea como una historia de la cual queremos seguir sabiendo, cada vez más, lección a lección, capítulo a capítulo.
Podemos hacerlo manteniendo la sorpresa y anticipándonos a los avances de los alumnos.Para ello, debemos saber en qué momento del camino de transformación van a encontrarse con objeciones, dificultades o incluso motivaciones.
A partir de ahí tejemos todo un camino experiencial para darle en cada momento lo que necesita el alumno , jugando con la sorpresa, con la participación, participación, implementación y creatividad.
Si somos capaces de generar la emoción necesaria a lo largo de todo el camino y somos capaces de que los alumnos perciban que les estamos acompañando y nos adelantamos a sus deseos, estarán conectados y enganchados a nosotros sesión a sesión.
Por tanto, este tipo de experiencias mejora la calidad de nuestras formaciones, ¿es así?
Si, el curso online tiene que tener una calidad por sí mismo. Algunas formaciones tienen mucho contenido pero con poca acción. O viceversa. O incluso podemos encontrar formaciones muy poco estructuradas.
Lo que primero se debe de trabajar, antes de la experiencia, es diseñar un curso con un recorrido que tenga sentido de principio a fin, para que consigan resultados en el menor tiempo posible. Lo que tus alumnos trabajan contigo, Jordi, en todas tus mentorías.
Después, deben plantearse un paso más y para conseguir una diferenciación mayor y diseñar esa experiencia completa de la que estamos hablando.
Debemos plantear nuestro curso online como una formación por la que nosotros pagaríamos. Y luego generar esa sensación de pertenencia como alumnos, que los enganchen, que los alumnos sean fans.
Tu trayectoria profesional te ha ayudado a entender y aplicar estas ideas. ¿cómo fue ese aprendizaje?
La verdad es que el mundo de la TV, donde pude trabajar durante 8 años me ha permitido entender la importancia del discurso narrativo y aplicarlo a las formaciones y cursos online.
Me ayudó a tener claro qué hacer para que los espectadores volvieran “después de la publicidad” y la importancia de trabajar ese hype continuo para conseguirlo.
En TV aprendí que para entrar en las casas de miles de personas, debíamos darles un buen motivo, que les mereciera la pena, que sintieran que estamos ahí con ellos. Y esta filosofía es la que me he llevado al método que aplicó en las mentorías con mis clientes.
La clave es entender por qué los alumnos abandonan nuestras formaciones.
Entendí que es nuestra responsabilidad como formadores utilizar todos los medios que tenemos a nuestro alcance para que los alumnos implementen, acaben nuestros cursos y que gracias a ello consigan la transformación que buscan.
El hilo narrativo como pilar de tus cursos online
Llama la atención lo poderoso que puede ser dotar a nuestros cursos online de un hilo narrativo…
Si, sin duda. Crear historias que enganchen, a lo largo de la formación tiene un gran efecto . Para ello debemos crear, como es tradicional, un planteamiento, nudo y desenlace. Se trata de contar una historia que emocione. Un hilo narrativo que haga que cada alumno quiera continuar la formación porque quiere saber más. Que provoque curiosidad.
Y, además, ese hilo narrativo tiene que ir in crescendo, por fases, que suponga u crecimiento, un aprendizaje. En definitiva, una transformación.
Esto podemos hacerlo mediante la creación de un personaje, una historia de superación. En el mundo del cine hay muchas ideas que pueden inspirarnos. Historias de superación, de amor, historias que levantan expectativas.
Debemos crear esa expectación y anticipación. Lo importante es poner en valor lo que va a venir: el siguiente capitulo, la siguiente escena…Tenemos que anticiparnos a sus deseos para mantenerles siempre en vilo.
Alumnos implicados: las claves para “enganchar” con experiencias virtuales
¿Cómo determinar esa implicación del alumno?
Como formadores debemos ser capaces de incentivar esa motivación. Pero en algunos casos jamás va a suceder. Por eso debemos advertir, de antemano, que nuestro curso exige un cierto grado de esfuerzo e implicación. Para generar esta sensación, podemos hacerlo desde la parte más emocional.
Está más que demostrado que, de hecho, las emociones ayudan a la memoria y los procesos de aprendizaje. Usemos esa llamada a las emociones para que nuestros cursos online sean auténticas experiencias.
¿Básicamente debemos evitar el aburrimiento del alumno, no?
Exacto. Los alumnos tienen que pasarlo bien al mismo tiempo que aprenden, implementan y consiguen resultados en tiempo real. Tenemos que conseguir que el alumno prefiera estar con nosotros que frente a la TV.. Incluso arrancarle una sonrisa.
Para conseguir todo ello, ¿qué método podemos aplicar?
Hay tres pilares sobre los que debemos trabajar:
- La experiencia de usuario, que se sustenta en otros tres aspectos:
- El hilo narrativo
- Las dinámicas y herramientas de interacción que crean vínculo
- El soporte, que no solo es preguntas y respuestas, sino un acompañamiento más personal y dinámico.
- La gamificación, donde trabajamos la experiencia de usuario donde reforzamos los objetivos por equipo, los logros y las recompensas.
- Seguimiento semanal: estar atentos y seguir lo que pasa en cada momento. Estar al cuidado permanente de los alumnos.
¿Alguna recomendación para crear ese hilo narrativo del que hablamos?
Ese hilo tiene que estar bien estructurado. Debemos anticiparnos a las necesidades y expectativas del alumno. Anticiparnos a lo que viene. Esto es determinar lo que viene en cada clase, en cada sesión. Buscar generar emociones acordes a ese punto de la formación. Son como piezas de un puzzle que van encajando.
Construir el hilo narrativo se tiene que hacer analizando el camino de transformación del alumno, detectando puntos de objeciones y dificultades para que todo lo que pensemos en el hilo narrativo nos ayude a superarlo.
Y, como formadores, está en nuestra mano ayudar a solventar cada uno de ellos. Identificar los problemas que puedan surgir mediante dinámicas que nos permitan identificar, asumir y superar ese obstáculo. En resumen, tratar de conseguir un final feliz para cada alumno.
Soporte de tu curso online: más allá de resolver dudas
Hablábamos antes del soporte, más allá de preguntas y respuestas, ¿a qué te refieres?
Cuando estamos en sesiones en directo o nos comunicamos con los alumnos por chat, no solo lo hacemos para resolver dudas. También crear comunidad y sentimiento de pertenencia del alumno a nuestra formación. Es compartir experiencias y cooperar, formador y alumnos, de la mano, en solucionar los problemas que surjan.
Debemos poner en valor nuestro contenido y crear una experiencia en la que alumnas y alumnos estén motivados para venir a esas sesiones participativas.
Finalmente, creo que esa motivación se consigue también siendo disruptivo, esto es creando sorpresa que rompa los esquemas del alumno , que recupere la atención de las personas que acuden a tus sesiones formativas.
Estructura tus sesiones formativas: “técnica del sandwich”
Ya que hablamos de esas sesiones formativas, ¿cómo recomiendas estructurarlas?
Ya hemos hablado de la necesidad de generar dinámicas participativas. La necesidad de escuchar a cada alumno. Las sesiones, aunque sean grupales requieren personalización. Que cada asistente se sienta valorado.
Para ello, yo aplico la “técnica del sandwich”: antes de que los alumnos compartan sus impresiones, tenemos que compartir nosotros toda la información que recibimos de ellos, nuestra escucha hacia los alumnos, en tono positivo. Después ellos pueden plantear objeciones y problemas. Damos pie a esas personas con ánimo negativo o poco constructivo. Pero luego debemos intervenir con tono positivo a modo de conclusión.
Si desactivamos (no solo el formador, sino el resto del grupo) esas objeciones, conseguimos reenganchar a esa persona con menos ánimo. Esto, además, fortalece el grupo.
Continuamos así la sesión con ánimos renovados y una mejor predisposición de todos. El grupo ejerce “efecto arrastre”. Por eso, la técnica del sandwich dice eso: que detrás de algo negativo va un nuevo ingrediente positivo. Esta ronda debe apelar a las emociones, en dirección a lograr la máxima implicación y motivación. En la “técnica del sandwich” aplicamos, finalmente, un cierre basado en una ronda de reflexión.
Un apunte, como formador, estas rondas reflexivas, son una fuente de testimonios de alumnos muy potentes.
Recuerda que, la propia formación y sus sesiones son valiosos recursos para seguir haciendo marketing.
Para acabar, debemos hacer un anticipo de la próxima sesión que genere expectación y ganas de volver. Pero ese anticipo debe suponer, al mismo tiempo, un reto. Podemos generar ese reto de una semana para otra
Para ello, obviamente, debemos usar un lenguaje positivo e inclusivo. Que todos se sientan identificados. Se traduce en lo siguiente: no nos enfrentamos a problemas, sino a retos.
La actitud del formador y el alumno: compartir energía y motivación
Muy importante esto que comentas del lenguaje. ¿Hasta qué punto nuestra actitud comunicando forma parte de esa experiencia de alumno?
Debemos empezar nuestras sesiones con fuerza y energía. Además de tener clara la estructura de cada sesión, también debemos tener claro el tono que le imprimimos. Aquí funciona mucho la ley del espejo: lo que transmitimos, se contagia.
Podríamos asemejarlo al efecto James Bond. Recordamos que esas películas empiezan de forma muy intensa y nos atrapan desde el principio. Y así generamos el ánimo de que el alumno nos acompañe, con fuerza, desde el principio.
También es vital ese concepto que citas de crear comunidad respecto al alumnado…
Totalmente. Necesitamos esa visión de la fuerza del alumnado como comunidad, con sentimiento de pertenencia a nuestros recursos formativos. La propia comunidad de alumnos nos ayuda a resolver dudas , solventar objeciones. Porque, en definitiva todos aprendemos de todos.
Incluso una reflexión, aunque escalemos nuestras sesiones grupales o mentoría, aun cuando seamos muchos más alumnos, todos y cada uno de ellos se debe sentir igual de acompañado.
Ya sabemos que para ello contamos con infinidad de recursos: redes sociales, servicios de mensajería, etc. Todos estos canales, grupos de FB, Telegram, Slack, etc, deben estar perfectamente identificados y tener una finalidad concreta.
Es recomendable que contemos, al menos, con un par de canales. Uno más orientado a la formación en sí misma.Y otro que sea un “chat de felicidad”, más basado en sensaciones, emociones, éxitos y logros. Esto nos permite saber como se sienten los alumnos.
Y, como formadores, debemos monitorizar estos chats de felicidad para saber como se sienta cada alumno y darle justo lo que necesita para que se sienta cómodo, motivada y a gusto en la formación.
Incluso podemos hacer mención en las sesiones grupales, a esas sensaciones de los alumnos y tratar de buscar la resolución del problema que hemos detectado en ese chat, apelando, de forma constructiva y animosa, a ese alumno. Eso genera empatía y refuerza el vínculo alumno-formador.
Se trata, en resumen, de escuchar al alumno y aportarle soluciones prácticas y emocionales.
El objetivo de la gamificación en los cursos online
El concepto gamificación también es una de las piedras angulares de este tipo de experiencias para el alumno…
Si, porque al final a todos nos gustan los juegos. Jugar a obtener logros y conquistas. Sentir que, en nuestro camino transformacional, avanzamos y obtenemos pequeñas (o grandes) recompensas . Lograr hitos. Esta es la esencia de la gamificación. Conseguir puntos, ascender de categoría. Esto se puede hacer de forma individual o grupal.
La clave es ponerse en los zapatos del alumno. Muchas veces no debemos complicarnos demasiado. Basta con ofrecer puntos o “estrellistas” que simbolicen o representen ese avance o transformación. Que el alumno sienta que va progresando, que sube de nivel respecto a cuando empezó nuestra formación.
También podríamos ofrecer premios reales intangible, nunca basados en premios que se puedan comprar sino en experiencias.
Pero ojo, esas recompensas se deben aplicar con criterios objetivos. La gamificación se aplica desde la constructividad y tiene que basarse en retos y objetivos divertidos y de superación.
La importancia de crear experiencias inolvidables en tus cursos online
Tras analizar las reflexiones y claves que nos aporta Rhodelinda debemos concluir que crear experiencias y dinámicas es una de las claves para conseguir que nuestros alumnos estén implicados, motivados y consigan los objetivos y logros que tus cursos online ofrecen.
Se trata de lograr esa transformación que vaya acompañada, en todo momento, de nuestra compañía para ofrecer una experiencia inmejorable a todos y cada uno de los alumnos de tus formaciones y cursos online.